Los educadores y diseñadores de políticas públicas han comenzado a comprender la importancia de formar el carácter de los niños desde la escuela. Enseñarles rasgos como la perseverancia o el auto-control puede mejorar su salud, su rendimiento académico y su nivel de bienestar, según algunas investigaciones recientes.

“El mercado laboral no necesita chicos que saquen 10 en las pruebas estandarizadas, sino gente que pueda resolver problemas, mantenerse enfocada y ser amable”, escribe la periodista Jenny Anderson en un reportaje titulado Finalmente las escuelas están enseñando lo que los chicos necesitan para tener éxito en la vida, publicado en Quartz.

Una de sus fuentes es Andreas Schleicher, Director de Educación de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), quien está convencido de que “ser exitoso en el mundo de hoy requiere poner un mayor énfasis en las cualidades de carácter”. Sin embargo, esta no es la prioridad de la mayoría de las escuelas.

“La mayoría de los empleadores te dirá lo importantes que son las habilidades colaborativas en el espacio de trabajo, y la OCDE también lo ha comprobado con sus investigaciones”, afirma Schleicher. “No obstante, la mayoría de los estudiantes todavía se sientan en escritorios individuales y estudian para pasar su examen individual. Eso no aporta”, añade el experto.

Después de pasar años visitando escuelas en el mundo, Schleicher ha comprobado que los países que le dan importancia al carácter en su sistema educativo hacen la diferencia. “En los países del este asiático hay un gran reconocimiento de la importancia de las escuelas en el desarrollo del carácter”, dice. “Ellos ven a la educación como un asunto de valores, y no sólo como la vía para obtener un trabajo”.

La cultura del país es un factor en la ecuación. Para algunas familias asiáticas, por ejemplo, obtener malas notas es simplemente inaceptable. Para Schleicher, sin embargo, resulta evidente que la formación en el carácter es más un resultado del diseño del sistema educativo.

En Singapur, los maestros no piensan qué les van enseñar a sus estudiantes, sino que se preguntan ‘¿Cuáles son los comportamientos que quiero alcanzar?’. En Japón, si un chico es arrestado, la policía llama primero a su maestro que a sus padres.

Los problemas del mundo son más complejos hoy, concluye la autora del reportaje. “Obtener buena notas en matemáticas y ciencias es necesario, pero se necesita mucho más que eso”.

Fuente: Quartz