Hace algún tiempo, en mi niñez y adolescencia, no me habría imaginado estar ocupada en un tema tan de todos los días, como lo es, “mi basura”, palabra que nos lleva a connotaciones negativas y de la que evitamos hablar, aunque la producimos a diario, somos seres que producen y consumen, lo que nos lleva a una responsabilidad de la que probablemente no nos hemos percatado aún.
En México se generan diariamente 102,895.00 toneladas de residuos, de los cuales se recolectan 83.93% y se disponen en sitios de disposición final 78.54%, reciclando únicamente el 9.63% de los residuos generados, desaprovechando aquellos residuos que son susceptibles a incorporarse nuevamente al sistema productivo, lo que disminuiría la demanda y explotación de nuevos recursos (Semarnat, 2017).
¿Por qué si conocemos la solución, nos convertimos en el problema? Aquí es donde debe hacer acto de presencia la palabra EDUCAR, pero hay que preguntarse además, quiénes deberán aprender sobre este tema, para después, ser dignos de enseñar; este maravilloso planeta necesita que sus habitantes aprendan nuevas formas de consumo, las miles de bondades que se nos presentan por parte del planeta, requieren de una gran dosis de EDUCACIÓN de quienes lo habitamos.
Educar para vivir, cobra vital relevancia en el tema de sostener las condiciones de vida actuales, pero surgen preguntas necesarias ¿Cómo aprenderlo? ¿De quienes lo aprenderemos? ¿Cómo lo enseñaremos a los hijos y alumnos? No podemos dar lo que no tenemos, es por ello que padres y maestros debemos iniciar por hacernos responsables de este reaprender en áreas del producir y consumir desde nuestras trincheras, la casa y la escuela.
Aprender, hoy en día, es tan accesible como hacer un “click”, no hay pretextos para cómo ayudar al planeta, miles y miles de páginas dando consejos, dando a conocer campañas, puntos verdes, empresas sustentables que bien, pueden aportarnos ideas para llevar a cabo, por lo tanto, la pregunta que debemos hacer es la siguiente ¿estamos dispuestos a ayudar al planeta responsabilizándose de las acciones que se requieren, de la huella que imprimimos en ella con cada una de nuestras decisiones?
Necesitamos convertirnos en adultos con el ímpetu de generar una mejor humanidad, adultos que se vivan como la solución, motivando al cambio de acciones, de pensamiento, de consciencia, pequeños o grandes cambios, pero constantes, adultos que enseñan con respeto, empatía, con el ejemplo de cada momento, que despierten en las generaciones de niños un despertar sostenible, con respeto por lo que vendrán después y que le dé la posibilidad a nuestro planeta de regenerarse y seguir floreciendo, mientras los seres humanos aprendemos de ella y la cuidamos como guardianes conscientes de su importancia.
Los padres y madres, desde los segundos hogares, (comprendiendo que el planeta es el número uno), debemos crear los entornos que favorezcan el aprendizaje constante de acciones diarias de cuidado, ahorro, generación y desarrollo de ideas, técnicas que los hijos ingresen a sus vidas desde muy pequeños, garantizando la permanencia de esta forma de vida sostenible y de familias amigables con el planeta generación tras generación.
La escuela, con docentes capacitados en sostenibilidad en el aula, directivos apostando a escuelas verdes y alumnos motivados a una calidad de vida mejor para el planeta y los seres que en ella habitan, los alumnos son increíbles aprendices, sólo necesitan docentes motivados en dejar huella positiva, huella verde en ellos. La educación debe dirigirse a generar cambios en los patrones de conducta que contribuyan a cambios estructurales en la sociedad, que permita alcanzar un desarrollo humano integral, y que desde esta perspectiva fomente la responsabilidad en la toma de decisiones en un mundo globalizado. (Madroñero Palacios, 2017)
El reto es grande, pero necesario, es de todos los días, requerimos pequeñas acciones constantes que se vuelvan hábitos, acciones responsables que se vuelvan reglas sociales ineludibles, acciones hechas desde el compromiso que se vuelvan empatía y amor por el planeta y los seres que la compartimos, EDUCAR viene de casa, si de nuestra primera casa, el planeta nos da lecciones de vida que nos enseñan, nos educan, nos admiran y comprometen con las generaciones futuras, sólo basta mirar las bondades de nuestro planeta, agradecer, maravillarnos y después, ser dignos seres humanos de habitarla. Y la última pregunta para hacer sería ¿Estoy listo para ser ese adulto que requieren los niños de hoy para ser educados en la sostenibilidad?
Referencias
Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, 10 de enero de 2017. Residuos Sólidos Urbanos (RSU). https://www.gob.mx/semarnat/acciones-y-programas/residuos-solidos-urbano... ~:text=Informaci%C3%B3n%20sobre%20residuos%20s%C3%B3lidos%20urbanos.& text=En%20M%C3%A9xico%20se%20generan%20diariamente,9.63%25%20de%20 los%20residuos%20generados
S.Mardoñero-Palacios. “Desarrollo Sostenible. Aplicabilidad y sus tendencias”. Tecnología en Marcha. Vol 31. No. 3, Julio- Septiembre 2018.
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