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Educación 2025: entre lo que permanece y lo que evoluciona 

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Reflexiones del fin del ciclo escolar

El cierre del ciclo escolar es uno de los momentos más intensos para los maestros de todos los niveles escolares. Se tienen que hacer evaluaciones finales, entrega de calificaciones, reportes administrativos, revisión de asistencias, organización de actividades de cierre, despedida de grupos, cursos de actualización y un largo etcétera. 

El fin del ciclo escolar 2024–2025 marca un momento de reflexión para las comunidades escolares de todo el país, especialmente en los contextos de educación básica. ¿Qué tendencias educativas se consolidan y cuáles muestran señales de agotamiento? ¿Cómo se reorganiza el trabajo docente frente a los cambios culturales, tecnológicos y curriculares que se viven a nivel global? 

La respuesta, como suele ocurrir en educación, no es única. Pero sí podemos identificar algunos movimientos claros en la práctica pedagógica que trascienden los niveles escolares —desde preescolar hasta bachillerato— y que dan pistas sobre lo que seguirá vigente en 2025 y lo que, probablemente, necesitaremos dejar atrás. 

Lo que se queda: aprendizajes que sí transforman 

1. Evaluación formativa y centrada en el proceso 

La evaluación como acompañamiento del aprendizaje ha dejado de ser una moda para convertirse en una necesidad pedagógica. Docentes de todos los niveles reportan mayor comprensión del uso de portafolios, rúbricas, listas de cotejo y autoevaluaciones como formas de evidenciar el avance del estudiante y no solo su resultado final. 

Esta tendencia se alinea con los principios de los nuevos marcos curriculares nacionales —como el de la NEM y el de la educación media superior— que impulsan una evaluación más humana, contextualizada y constructiva (SEP, 2022; SEP, 2023). 

“Los modelos que privilegian el examen como único instrumento ya no responden a los desafíos del siglo XXI.” 
OECD, 2023 

2. Educación socioemocional como eje transversal 

Ya no se discute si se debe incluir o no la dimensión emocional en el aula: ahora el foco está en cómo hacerlo de manera auténtica. El bienestar emocional ha demostrado ser un componente clave para la permanencia escolar, la convivencia y el aprendizaje profundo, especialmente tras la pandemia y en contextos de incertidumbre social. 

Escuelas que han integrado prácticas como círculos de diálogo, mindfulness, tutorías afectivas o enseñanza explícita de habilidades emocionales reportan mejoras en la atención, la empatía y la autorregulación del alumnado. 

3. Aprendizaje activo y contextualizado 

El aprendizaje situado, basado en proyectos o en resolución de problemas reales, se mantiene como una de las prácticas más potentes para generar sentido. Ya sea en preescolar —con experiencias sensoriales o exploración del entorno— o en bachillerato —con laboratorios interdisciplinarios o proyectos de emprendimiento social—, el foco está en que el estudiante aprenda haciendo y conectando

Educación 2025

Lo que comienza a irse: prácticas en revisión 

1. Sobrecarga de recursos digitales 

Aunque el uso de la tecnología llegó para quedarse, muchas escuelas están comenzando a regular su uso. Plataformas, apps y herramientas que antes se multiplicaban sin filtro ahora se seleccionan con mayor criterio pedagógico. 

Menos es más: se priorizan entornos amigables y sostenibles, donde la tecnología potencie (y no reemplace) la relación pedagógica. Esto responde, también, al cansancio digital acumulado y a la necesidad de volver a mirar al estudiante en su totalidad, más allá de la pantalla. 

2. Planeaciones rígidas y desvinculadas del contexto 

Con la llegada de nuevos enfoques curriculares, los formatos de planeación tradicionales están siendo cuestionados. Los docentes buscan ahora modelos más flexibles, abiertos al contexto y sensibles a las trayectorias reales de sus estudiantes. 

En lugar de llenar formatos extensos, la tendencia es trabajar con secuencias didácticas vivas, con espacio para la observación, el ajuste y la co-creación. El objetivo: menos papeleo, más intención pedagógica. 

3. Educación centrada sólo en lo académico 

La tendencia mundial es hacia una formación integral: habilidades cognitivas, sí, pero también emocionales, sociales, digitales, éticas, físicas y creativas. Las materias por sí solas ya no bastan; se busca una escuela que enseñe a vivir, convivir y transformar el entorno. 

En ese sentido, las propuestas recientes de la NEM y del Marco Curricular Común no son una ocurrencia aislada, sino parte de un movimiento global que reclama una educación más humana y más útil para la vida

Tendencias globales que seguirán marcando pauta en 2025 

De cara al próximo ciclo escolar, algunas tendencias globales se perfilan como elementos clave que continuarán impactando la manera en que se enseña y se aprende en todos los niveles educativos. 

Una de ellas es el uso de la inteligencia artificial en el aula, no solo como una herramienta tecnológica más, sino como un recurso capaz de ofrecer retroalimentación automatizada, personalizar trayectorias de aprendizaje y reducir la carga administrativa docente. Bien utilizada, la IA puede convertirse en una aliada para fortalecer la autonomía del estudiante y el tiempo pedagógico del maestro. 

Otra tendencia relevante es la educación para la sostenibilidad, que propone formar estudiantes capaces de comprender los desafíos ambientales, actuar con responsabilidad social y participar activamente en la transformación de su entorno.  

Asimismo, se fortalece el impulso hacia una educación basada en la diversidad y la inclusión. Esto implica reconocer y valorar las múltiples formas de ser, aprender y expresarse de los estudiantes: contextos culturales diversos, discapacidades, lenguas maternas, condiciones sociales y necesidades emocionales. Las prácticas inclusivas ya no son una opción, sino una responsabilidad ética y profesional. 

Por último, se mantiene como una prioridad el desarrollo del pensamiento crítico y la metacognición. La escuela actual debe ser un espacio donde los estudiantes aprendan a pensar por sí mismos, a cuestionar, a dialogar y a tomar decisiones informadas. Las actividades que fomentan la reflexión sobre el propio proceso de aprendizaje, así como los debates, los dilemas éticos y las investigaciones, seguirán siendo esenciales en 2025. 

Algunas ideas clave para docentes 

  • Adapta sin descuidar lo esencial. No todo lo nuevo debe adoptarse de inmediato. Prioriza lo que mejora tu práctica. 
  • Innova con propósito. Antes de usar una nueva herramienta, pregúntate: ¿qué aporta al aprendizaje de mis estudiantes? 
  • Haz comunidad. La colaboración entre docentes, familias y estudiantes es más poderosa que cualquier recurso externo. 
  • Sigue formándote. La profesionalización docente no es opcional; es la mejor forma de cuidar tu vocación. 
Reflexiones del fin del ciclo escolar

Referencias:

  • Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD). (2023). Trends Shaping Education 2023
  • Secretaría de Educación Pública (SEP). (2022). Plan de estudios para la educación preescolar, primaria y secundaria
  • Secretaría de Educación Pública (SEP). (2023). Marco Curricular Común para la Educación Media Superior
  • UNESCO. (2021). Reimaginar nuestros futuros juntos: un nuevo contrato social para la educación.

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