El cierre del ciclo escolar es uno de los momentos más intensos para los maestros de todos los niveles escolares. Se tienen que hacer evaluaciones finales, entrega de calificaciones, reportes administrativos, revisión de asistencias, organización de actividades de cierre, despedida de grupos, cursos de actualización y un largo etcétera.
El liderazgo educativo católico: más que gestión, una misión
Ser director o directiva de una escuela católica no es solamente coordinar horarios, equipos y presupuestos. Es abrazar una misión pastoral y educativa que busca formar personas plenas, con valores cristianos, que descubran su lugar en el mundo con sentido y esperanza.
En un contexto cambiante y secularizado, el rol directivo adquiere una urgencia nueva: sostener la identidad católica de la escuela sin dejar de responder a los desafíos del presente.
Lo que da sentido: formar personas desde el Evangelio
Lander Gaztelumendi, en el episodio 4 del nuestro Podcast, nos recuerda que “una escuela católica no se mide por cuántas clases de religión tiene, sino por el modo en que toda la comunidad educativa vive y comunica el Evangelio.”
Esa forma de “estar” en la escuela —con compasión, apertura, verdad y cuidado del otro— es la que realmente educa. Los directivos son los primeros en encarnar esa visión, no desde el púlpito, sino desde las decisiones, los vínculos y la cultura que crean.
La comunidad educativa necesita un horizonte
Una comunidad sin horizonte se desdibuja. El liderazgo católico no se impone, inspira. Y para inspirar se necesita una visión clara: ¿para qué educamos? ¿Qué sentido tiene nuestro esfuerzo diario?
El directivo católico es un tejedor de horizontes: ayuda a que cada docente, alumno y familia vea más allá del día a día. Hace visible lo invisible, da forma a lo esencial.

Lander Gaztelumendi: dirigir con la mirada puesta en lo esencial
En el podcast, Lander habla no solo desde su rol como comunicador, sino desde su experiencia como director y responsable de obras educativas de su congregación. Subraya que una escuela católica es un lugar donde la persona se pone al centro, no como un slogan, sino como una convicción.
“La misión del directivo católico no es hacer funcionar una estructura, sino mantener viva una experiencia comunitaria de sentido.” — Lander Gaztelumendi
Su testimonio nos recuerda que la dirección educativa no es un lugar de poder, sino de servicio. Y que quien dirige, anima la esperanza de toda la comunidad.
Cinco claves para directivos que desean educar con identidad
1. Volver al origen: recuperar el carisma fundador de tu escuela.
2. Formar equipos con misión: no solo buenos profesionales, sino testigos.
3. Poner la persona en el centro: cada decisión debe mirar el bien común y la dignidad de todos.
4. Hacer del Evangelio un lenguaje cotidiano: en los gestos, palabras y tiempos de la escuela.
5. Escuchar más: las verdaderas transformaciones nacen del diálogo y del discernimiento compartido.
Conclusión: dirigir una escuela católica es responder a una vocación
No se trata solo de habilidades de gestión, sino de una disposición del corazón. Ser directivo o directiva de una escuela católica es vivir una vocación al servicio de la comunidad, del Reino, de la historia de cada niño, adolescente, joven y adulto que pasa por nuestras aulas.
Desde SM Escuela Católica, acompañamos esa vocación con herramientas pedagógicas, propuestas alineadas al Magisterio y espacios de formación que renuevan la esperanza.
¿Eres directivo de una escuela católica? Escucha el EP4 del #ECPodcast con Lander Gaztelumendi y comparte esta entrada con tu equipo. Es momento de liderar con fe, visión y comunidad.
Escucha el episodio completo aquí: https://youtu.be/gvEm9vv4_UY
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