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Actuar a tiempo: primeros auxilios psicológicos como respuesta en el aula

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Primeros auxilios psicológicos como respuesta en el aula

El cierre del ciclo escolar es uno de los momentos más intensos para los maestros de todos los niveles escolares. Se tienen que hacer evaluaciones finales, entrega de calificaciones, reportes administrativos, revisión de asistencias, organización de actividades de cierre, despedida de grupos, cursos de actualización y un largo etcétera. 

La escuela es un espacio donde los estudiantes conviven, se desarrollan emocionalmente y enfrentan momentos complicados, los cuales van más allá del aprendizaje de contenidos o el desarrollo de habilidades asociados con las materias de cada nivel educativo. En muchas ocasiones, suceden situaciones inesperadas que los afectan, como una pelea con un amigo, problemas en su familia o los habituales de su desarrollo. De hecho, una revisión sistemática de 2014 a 2024 (Otero-Solís y Sánchez-Escobedo, 2025), señala que en primaria los problemas emocionales—como ansiedad, estrés y crisis emocionales—se manifiestan a través de conductas evasivas, agresivas o pasivas, interfiriendo con el clima de convivencia y el proceso de aprendizaje. Cuando esto pasa, es necesario que alguien pueda brindarles apoyo emocional de forma inmediata. Para eso existen los primeros auxilios psicológicos, una forma de ayudar a los alumnos a sentirse seguros y escuchados después de una crisis. 

Es muy importante resaltar que este tipo de ayuda no reemplaza la atención de un especialista, pero sí permite actuar de inmediato para evitar que el problema crezca. En el aula, los docentes pueden aplicar estas herramientas para acompañar emocionalmente a los estudiantes en momentos difíciles.  

De acuerdo con la Pan American Health Organization (2020) “Los primeros auxilios psicológicos en el aula son una intervención inmediata, breve y centrada en el apoyo emocional, que se brinda a estudiantes que enfrentan situaciones de crisis, estrés agudo o impacto emocional. Su propósito es estabilizar, contener y canalizar adecuadamente las emociones, ofreciendo escucha activa, seguridad y conexión con redes de apoyo”. 

Es decir, son una forma de brindar apoyo emocional justo después de que una persona vive una experiencia difícil o dolorosa. El objetivo es ayudar a la persona a calmarse, sentirse protegida y encontrar a alguien que la escuche sin juzgarla. 

En ese sentido, para aplicar correctamente los primeros auxilios psicológicos en el aula, se deben seguir algunos principios importantes, como los que se describen a continuación: 

Escuchar con atención: Se trata de ofrecer una presencia auténtica, en la que el estudiante perciba que lo que está expresando tiene valor y que no será minimizado ni cuestionado. Evitar interrumpir o hacer preguntas innecesarias permite que el estudiante exprese sus emociones a su propio ritmo. La mirada comprensiva, el silencio atento y la validación de sus sentimientos propician la contención emocional. 

Crear un espacio seguro: Hay que asegurarse de que el alumno esté en un lugar donde se sienta protegido y no esté expuesto a sus compañeros como espectadores. Evitar que otros compañeros presencien o intervengan en la situación es crucial, ya que esto puede aumentar la vergüenza, el miedo o el bloqueo emocional. De preferencia designen un espacio en la escuela para este fin, sin que necesariamente sea exclusivo para ello. 

Ayudarle a calmarse: A veces, el alumno estará desbordado por la ansiedad, el llanto, el enojo o incluso la confusión. En esos casos, el adulto debe mostrarse como un modelo de calma, transmitiendo serenidad con su voz, gestos y actitud. Utilizar frases tranquilizadoras como “estoy aquí contigo”, “vamos a respirar juntos”, o simplemente permanecer en silencio acompañando con respeto, puede ser más útil que intentar dar soluciones inmediatas. 

primeros auxilios psicológicos como respuesta en el aula

Dar información clara: Si el alumno o la alumna están confundidos o asustados, es importante explicarle lo que está pasando con palabras sencillas, sin dar falsas promesas de solución, pero sí reiterando que se cuenta con el apoyo. La transparencia genera confianza, y es preferible no tener todas las respuestas, pero ofrecer un acompañamiento claro y honesto. 

Buscar ayuda si es necesario: El docente no está solo en este proceso: si el alumno presenta síntomas persistentes, alteraciones graves en su comportamiento, signos de violencia o riesgo, es indispensable derivarlo a apoyo psicológico, contactar a sus familiares o incluso activar protocolos institucionales si así se requiere. Los primeros auxilios psicológicos son solo una primera respuesta, no sustituyen la atención profesional, pero sí son clave para contener de inmediato y facilitar el paso a la ayuda adecuada. 

Contar con primeros auxilios psicológicos en la escuela tiene muchos beneficios. En primer lugar, los estudiantes se sienten más seguros y cuidados. Esto mejora su bienestar emocional y, por lo tanto, también su capacidad para aprender y participar en clase. Además, los docentes pueden actuar con más confianza ante una crisis, evitando que una situación se salga de control. También se fortalecen los vínculos entre alumnos y maestros, ya que los estudiantes perciben que sus emociones son tomadas en cuenta y pueden confiar en sus maestros. 

En general, ayuda a prevenir problemas emocionales más graves, porque se interviene a tiempo. También permite que toda la comunidad escolar se involucre en el cuidado emocional, lo que va de la mano con las propuestas actuales alrededor de involucrar la educación socioemocional en las aulas con sentido comunitario, como se señala en la Nueva Escuela Mexicana (SEP, 2024).  

En conclusión, los primeros auxilios psicológicos representan una herramienta valiosa y necesaria dentro del entorno escolar, especialmente cuando los estudiantes atraviesan situaciones que afectan su bienestar emocional. Su aplicación no requiere formación especializada en psicología, pero sí demanda sensibilidad, escucha activa y compromiso por parte de los docentes. Con una preparación básica, cualquier miembro del personal educativo puede brindar un apoyo inicial que ayude a contener emocionalmente al alumno, facilitando la recuperación y evitando que el malestar se agrave. Integrar esta práctica en la vida cotidiana del aula no solo fortalece la relación entre estudiantes y maestros, sino que también promueve una cultura escolar más empática, inclusiva y segura. En un entorno donde se validan las emociones y se brinda contención oportuna, los alumnos no solo aprenden mejor, sino que también se sienten valorados como personas. Porque educar no es solo transmitir conocimientos, sino también acompañar, comprender y cuidar.

primeros auxilios psicológicos como respuesta en el aula

Referencias 

  • Otero-Solis, & Sanchez-Escobedo, P. (2025). Manejo escolar de problemas emocionales en alumnos en educación primaria: una revisión sistemática de 2014-2024. Revista  Panamericana de Pedagogía, 40, e3384. https://doi.org/10.21555/rpp.3384 
  • Pan American Health Organization. (2020). Psychological first aid. Stronger together: A guide to help you and your community (2.ª ed.). PAHO. https://iris.paho.org/handle/10665.2/51354  
  • Secretaría de Educación Pública. (2024). Educación Socioemocional en el marco de la Nueva Escuela Mexicana. Dirección de Fortalecimiento Curricular, SEP. 

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