En la idea de educar y amar a niñas y niños en el hogar y en el aula, hay cosas que conservar para cambiar y otras que hay que cambiar para conservar, una de ellas es leer cuentos antes de dormir. Contar cuentos a las y los niños es un hábito entre nuestros padres y abuelos, a más de uno nos tocó ver la escena de una madre o un padre leyendo a pie de cama un cuento antes de dormir. Leer un cuento a los niños todas las noches es más que una sencilla actividad para arrullarlos, es un beneficio y un modo de fortalecer el vínculo afectivo y acompañar el proceso de lectura y escritura donde es la familia quien afirma al niño a la niña dando ese trato como lector y escritor desde su temprana edad. Adoptar esta buena costumbre se traduce en fomento a la lectura y a la imaginación, semillas de múltiples beneficios en el transcurso de la vida.
Contar cuentos a los niños proporciona grandes ventajas y beneficios como el de crear lazos de cariño y confianza entre quien lee o cuenta y el que atiende, pregunta, recibe aquella historia cargada de emociones y pensamientos nuevos para el pequeño. Al momento de leer cuentos a los niños, les estamos ayudando a que ellos mismos desarrollen diferentes habilidades o bien, que conozcan actividades que les interese realizar y con ello transmitimos entusiasmo, sentido de vida, emoción y esperanza hacia el porvenir. Hacer de la lectura un hábito contribuye al descubrimiento y desarrollo de los talentos en cada niña y niño, al mismo tiempo que van adquiriendo conocimientos éticos proporcionados por cada una de las historias y personajes narrados.
Beneficios de contar cuentos
● Transmitir amor y serenidad para dormir y para soñar: El momento del cuento antes de ir a dormir o después de la cena es un hábito que ayuda al niño a relajarse y a tener un rato afectivo con sus padres. Por eso, un lugar para contar el cuento que sea cálido, tranquilo y acogedor, ayuda a que el niño se sienta bien y coja gusto por la lectura.
● Validamos al niño y la niña al acompañarle en su proceso lector, le acompañamos mientras va estimulando su creatividad anticipando o prediciendo lo que viene después en la lectura y al mismo tiempo ejercita la memoria y guarda en su memoria historias y momentos clave de su vida.
● Un cuento es la mejor manera de transmitir conocimientos a través de diferentes metáforas y moralejas en las edades tempranas donde los referentes y la experiencia es mínima; leer cuentos es permitir al infante entrar en contacto activo con su entorno, enfrentarse a situaciones variadas sin riesgo y que comiencen a explorar emociones, sensaciones y reflexiones que le permitan construir nuevos saberes, explorar y apropiarse del lenguaje de forma creativa y lúdica, Por ejemplo al escucharnos hacer la voz del lobo o del corderito bebé. Todo esto genera disfrute y aprendizaje significativo.
● La lectura de cuentos ayuda a superar retos y temores muchas veces ocultos, y que a través de los relatos podemos identificar gracias a los personajes. Lo decía G.K.Chesterton, “los cuentos de hadas superan la realidad no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos dicen que pueden ser vencidos”.
● El público infantil necesita escuchar las historias para completar su conocimiento, aún escaso, del mundo en que vive. Por eso la grandeza de los cuentos está relacionada con la generosidad y el amor del adulto que se toma el tiempo para leer un cuento.
● Favorece la escucha atenta, la escucha se practica y se va mejorando conforme la vamos repitiendo, lo cual nos brinda el beneficio de facilitar la comunicación porque al escuchar atentamente me permite comprender mejor, por tanto, poder comunicarme mejor con las personas.
● Los cuentos son una de las mejores herramientas de aprendizaje para el niño. A partir de los dos años, los niños empiezan a comprender la estructura de un cuento simple: la introducción, los problemas de los personajes y la resolución de la historia. Comienzan a tener más capacidad de atención, más riqueza de vocabulario, y gracias al desarrollo del lenguaje que experimentan en esta edad, pueden expresarse y hacer preguntas, lo que permite llegar a una mayor comprensión.
● Los cuentos, hacen crecer la imaginación propia de los niños, impulsan la creatividad y el pensamiento abstracto. Un ejercicio muy bueno para fomentar todo esto, es intentar que el niño invente un final diferente, que invente nuevos personajes o cambie algún fragmento de la historia.
● Por último, contar cuentos es una buena herramienta para fomentar la empatía. Mediante los cuentos, conseguimos que los niños se metan en la piel de los personajes, vivan sus alegrías, sorpresas, miedos y sus penas. Es recomendable hablarles de estas emociones a medida que van saliendo, para que vayan identificándolas y poniéndoles nombre. Es sin duda una herramienta para la educación socioemocional. Por eso, el cuento es un vehículo muy útil para transmitir valores como la generosidad, la paciencia, el perdón, la fortaleza, etc.
● Finalmente, leer cuentos es darnos al hijo y a la hija, y también al alumno en el aula; porque a través del hábito de lectura brindamos lo más valioso: tiempo, atención y afecto. Tejes un vínculo de corazón a corazón, de generación a generación. Sigamos contando cuentos...
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