Bostezo de sombra, estornudo atroz, así se despierta el lobo feroz. Se apoya en el árbol y empieza a ensayar: la ele de lobo, la eme de mar… ¿pero cómo era la ese de sal?
Ya sopla el viento sobre la veleta. Izquierda, izquierda. Se marea el gallo, baila su cabeza. Derecha, derecha. Gira que te gira. Vuelta que te vuelta. Izquierda, derecha. Al final vomita tus amaneceres sobre la tormenta.
Han pasado tres meses desde la Noche del Suelo del Baño. Pero los monstruos de mi cabeza no han desaparecido. Desde que sé que ella va a volver, son más fuertes. Y, encima, ahora está él. Con sus calcetines ridículos y sus lecciones de arte. Con sus rizos negros y su...
Lola tiene quince años, muchas ganas de comerse el mundo y pocas de aguantar a su familia. Pero la pandemia pone su vida del revés… De la noche a la mañana, su abuela se traslada a vivir a su casa y Lola pasa muchas tardes con ella; al principio, sin ganas. La abuela ha comenzado a olvidar...
Las palabras, cada vez que se reúnen, inventan un juego nuevo: saltan, bailan, corren y se esconden. Las más audaces remontan vuelo, y hay algunas que aparecen y desaparecen como por arte de magia. Si las lees en voz alta, ¡jugarás tú también!
Por los senderos del bosque
sube deprisa las cuestas
una tal Caperucita
para visitar a su abuela.
Pero, fíjate, qué raro...
¡Viste una sudadera!
¿Qué fue de su caperuza?
¿Por qué va en bicicleta?
¿Y qué pasa con el lobo?
¿Acaso se puso en...
Barinia es un pueblo pequeño y nevado. A la derecha hay una gran montaña. A la izquierda un gran abismo. Las siete Matrioskas viven allí atrapadas, y el Jinete sin Alma acecha en la espesura del bosque. ¿Cómo lograrán escapar?
Una jirafa que es una escalera, letras convertidas en anzuelos o galletas, un baúl que cae desde el cielo o un cocodrilo que se desliza como lava... Poemas que nos llevan a imaginar nuevas realidades y jugar con las ideas y las palabras.
Un divertido y tierno cuento en verso en el que el niño descubrirá lo importante y enriquecedor que es ser buena persona y actuar por el bien de los demás, además de aceptarse a sí mismos como son, a la vez que se familiariza con la poesía.
Adormecidos por la rutina, este libro nos zarandea y nos puede desestabilizar al recordarnos que los seres humanos no vivimos de lo que tenemos o de lo que hacemos. No nos sacia nuestro puesto de trabajo, ni las vacaciones de verano, ni el último teléfono móvil. Vivimos porque somos mirados,...
Los dioses griegos existen. Si miras alrededor, los verás todos los días, en todas partes: en los bancos del parque, en los pasillos del instituto, dentro de ti... No tienes más que leer estos poemas para descubrirlos.