
- INICIO
- CONÓCENOS
- SM Educamos
- Profesores
- Familias
- SALA DE PRENSA
- EVENTOS
- BLOG
- ¿Tienes dudas? Te ayudamos
- CATÁLOGO
- English
- Español
El profesor de Matemáticas le pide a Marta que entregue un trabajo antes de que termine la semana. Marta tiene la intención de terminarlo pero, preocupada porque tenía que leer un libro para Lengua, se olvida completamente del trabajo.
Cuando llega el lunes siguiente el profesor de Matemáticas escribe a Marta recriminándole que no ha enviado la tarea a tiempo y que, por tanto, le pone una calificación negativa. Marta intenta explicarle por correo, pero el profesor le envía una respuesta: "¡No me interesan las excusas! Tienes un suspenso.".
Marta habla con su madre y le comenta muy enojada lo que ha ocurrido. Ante esta situación, ¿cómo podría reaccionar la madre de Marta por el enfado de su hija?
Respuesta 1:
—¿Cómo te has podido olvidar de hacer las tareas de Matemáticas? Eres un desastre.
Respuesta 2:
—¡Caramba, qué experiencia tan desagradable! Debe de haber sido duro.
Respuesta 3:
—¿Sabes qué podrías hacer? Mañana a primera hora le escribes y le dices que te gustaría hablar con él. Cuando te pueda atender le pides disculpas y le envías el trabajo terminado. Si tienes suerte, te lo cogerá. Si, a pesar de todo, no lo acepta, piensa que al menos tendrá en cuenta que al final te has esforzado.
Respuesta 4:
—¡Mira hija, es lo que hay! Las cosas no siempre salen como uno quiere.
Si analizamos cada respuesta, nos daremos cuenta de los distintos sentimientos que podemos provocar según nuestra actitud de escucha y nuestra respuesta.
Lo primero que debemos hacer es intentar calmar a nuestros hijos. Si intentamos razonar cuando aun están demasiado ofuscados, solo conseguiremos realimentar su enfado.