El verano es la época favorita para los reyes de la casa. Tras el largo curso escolar, es momento de disfrutar de la piscina y del sol, de jugar con los amigos y de vivir nuevas aventuras.
Según el Barómetro de Hábitos de Lectura de 2024, el 84% de los niños de 6 a 9 años y el 91% de los de 10 a 14, leen libros (más alla de los escolares). No obstante, el verano a menudo puede suponer una pausa en este hábito, lo que se traduce en una pérdida de destreza lectora, vocabulario y comprensión.
Por ello, desde SM compartimos consejos y recomendaciones para que las historias no falten durante estos meses
Cinco ideas sencillas para fomentar la lectura
1. Dar ejemplo en casa (¡o dónde estéis!)
Los niños imitan lo que ven. Si los adultos leen por placer, ellos percibirán la lectura como algo natural y atractivo. Es recomendable llevar siempre un libro encima, ya que casi cualquier momento es una buena oportunidad para hacer volar la imaginación.
2. Dejar que los niños elijan sus libros
A estas edades, ya tienen sus gustos definidos. Permitirles escoger qué quieren leer -novelas, cómics, libros de curiosidades, ciencia o fantasía- fomenta su autonomía y motivación. Visitar juntos librerías o bibliotecas puede convertirse en una rutina familiar enriquecedora.
3. Transformar la lectura en un juego
Escribir un diario de lecturas, dibujar a los personajes, establecer retos (leer una cantidad determinada de libros) o inventar finales alternativos refuerzan la comprensión lectora y estimulan la expresión artística e imaginativa. Además, profundizar en temas que se puedan experimentar después (como recetas, manualidades o excursiones) es un plus.
4. Formar parte de un club de lectura informal
Organizar pequeñas sesiones de lectura compartida entre hermanos, amigos o primos puede ser una forma divertida de mantener el hábito. Basta con elegir un libro en común y comentar qué les ha gustado, qué personaje es su favorito o qué creen que ocurrirá después. Esta experiencia colectiva fomenta el diálogo y el entusiasmo por continuar leyendo para «estar al día».
5. Hacer de leer una afición
Tener un momento fijo al día para ello, aunque sea breve, crea constancia. Ya sea después de comer, antes de dormir o durante la tarde, establecer este ritual ayuda a convertir la lectura en una parte natural de su día a día.